Por fin. Una guía sencilla para mezclar.
La mezcla de audio es el proceso de manipulación de pistas y su combinación. Se emplean varios métodos como la EQ (ecualización), la compresión y el reverb (reverberación)
La mezcla se realiza para extraer lo mejor de todas tus pistas en la mezcla general, ajustando niveles, orientando y aplicando efectos que juegan con el tiempo (chorus, reverb, delay). El principal objetivo es esculpir tus arreglos para todas tus pistas se enlacen de forma coherente entre sí.
Una grabación multipista no es más que un grupo de pistas sonando juntas (también conocidas como stems). No hay un número de pistas preestablecido. Aunque necesitarás al menos una. El resultado obtenido a partir de una grabación multipista también es conocido como como mezcla final. Esta mezcla final es el punto de partida de la masterización.
No importa si estás grabando con micrófonos, preamplificadores o usando samples. Aprender a mezclar es extremadamente importante. Al tomar el control de tu visión artística y creativa, tú música estará a otro nivel. Y eso te hará un mejor productor.
Empieza con estos consejos básicos. Te aseguro que convertirán tus mezclas en algo mucho mejor antes de que profundices más.
Vamos a desmenuzar el asunto.
Al tomar el control de tu visión artística y creativa, ¡tu música estará a otro nivel
Existen muchos programas para elegir. También se les conoce como DAW (Digital Audio Workstation). Todo depende de cuál se adapte mejor a tus necesidades. Estos son algunos con los que podrías empezar:
Trata de conocer íntimamente a tu DAW. Como sabio mezclador de audio, es importante limitarse a un solo programa y conocerlo a fondo de verdad. No le seas infiel. Sigue con él y todo serán ventajas.
Utilizaré Pro Tools como ejemplo, pero todos los conceptos son los mismo, sin importar dónde los ejecutes.
La mayoría de programas te proporcionaran algunas plantillas si no estás seguro de cómo comenzar.
Por ejemplo, Pro Tools incluye una plantilla llamada “Rock” que abre una sesión predeterminada con canales para:
Batería / Bajo / Órgano / Guitarra / 4 pistas vacías para grabar / Metrónomo / Ruteo para auriculares / Retorno de reverb / Retorno de delay / Retorno de chorus / Solo de guitarra que aparece en el minuto 3:42
Aunque esta es una plantilla simple, puedes elegir entre otras muchas. Si ninguna te convence, puedes crear una. Crear plantillas es un gran paso para marcar más tu estilo. Perfecto para encender tu ordenador y empezar desde cero.
Suena sencillo, pero créeme. En tres meses no podrás recordar dónde se encuentra tu tercer shaker si lo dejas con el nombre “Pista 48”. Si grabas una guitarra, hazte un favor y nómbrala “Guitarra” antes de presionar el botón de grabar. Así no perderás tiempo en tus sesiones.
Haz honor al arcoíris. Colorea tus pistas. Por ejemplo, podrías hacer tu batería amarilla, todas las voces azules y las guitarras de color verde.
Y ¿cuáles son los conceptos básicos? Como en cualquier otro proceso - especialmente en la mezcla de audio - cada uno tiene su propia opinión. Nadie sabe si es correcta o no. Pero existen algunas pautas esenciales que todo el mundo debería seguir.
Lo creas o no, ya estás mezclando antes de empezar a hacerlo.
¿Confundido? Te lo explicaré. ¿Cuáles son las texturas predominantes que quieres para tu pista? ¿Qué tipo de espacio quieres crear? Con potencia y hacia adelante o alejado y con reflejos. Trata de sacar todo el potencial de tus sonidos, aunque apenas empieces a grabar. Imagina tu pista como un cuadro grande y completo siempre que grabes o elijas un nuevo sonido.
Optimiza tus grabaciones originales tanto como puedas sin agregar un excesivo procesamiento. Trata de saber desde el primer momento hacia dónde quieres dirigir tu mezcla. Limítate a utilizar los mejores sonidos desde el principio para evitar un empalago auditivo más adelante.
Imagina un autobús amarillo. Ahora imagina a tus sonidos siendo transportados en su interior.
Esto es lo que hace el Bus en una mezcla. Al mandar múltiples sonidos a una pista (Bus) puedes aplicar los mismos procesos a todas esas pistas al mismo tiempo. Es muy útil. Prueba a usar el Bus con baterías. Te permitirá procesar toda la batería como unidad. Utiliza la misma cantidad de reverb para que dé la impresion de que toda la batería se encuentra en el mismo lugar. O inserta un delay o crea un Bus de compresión.
Experimenta con qué sonidos envías al Bus. Te garantizo que obtendrás resultados muy gratificantes.
CONSEJO IMPORTANTE: Limítate a utilizar los mejores sonidos desde el principio para evitar un empalago auditivo más adelante.
Es hora de hacerle un corte de pelo a tu mezcla. Un cortecito por aquí, un recorte por allá. Equilibra los niveles y no tengas miedo de hacer un corte grande. Da más potencia a tu batería en un solo loop, ponlo encima de toda la voz durante un verso. ¡Suéltate!
Prepara un balance básico antes de volverte loco con los efectos. Ajústalo todo desde el principio.
Piensa siempre en dejar headroom.
Ten en mente la meta final mientras equilibras tus pistas. Esto te dará una gran idea de cómo sonarán todas las pistas combinadas al final. El procesamiento pulirá todas tus ideas iniciales.
¿Qué es el panning?
El panning es básicamente el ancho de una mezcla. Es la amplitud de izquierda - derecha en una señal estéreo. El panning permite a tus sonidos posicionarse de manera correcta. Mantén tus frecuencias bajas y sonidos graves cerca del centro. Me refiero a los bajos y bombos. Úsalos como una fuerza central alrededor de la cual puedes trabajar. Si todo se encuentra en el centro, tu mezcla sonará plana y turbia.
Ha llegado el momento de escavar y empezar a mezclar.
El núcleo de tu mezcla puede ser estructurado en tres áreas básicas. EQ (ecualización), Compresión y Reverb. A pesar de que mezclar tiene muchas fases, estas tres conforman el 90% del proceso. Son el trabajo pesado a la hora de mezclar. Perfecciona estas 3 áreas y todo lo demás vendrá de forma natural.
Todo sonido está hecho de frecuencias. La frecuencia se mide en Hercios (Hz). Ecualizar es el arte de potenciar, recortar y equilibrar todas las frecuencias en la mezcla para obtener el sonido deseado.
Piensa en la parte inferior del espectro de frecuencias como Barry White. E imagina las frecuencias altas como Mariah Carey.
Normalmente, el espectro de frecuencias se divide en Highs (Altos), Mids (Medios) y Lows (Bajos). Un instrumento como el bajo tiene frecuencias muy bajas y un sonido muy potente. Alternativamente un snare o un hi-hat son mucho más finos, así que lo normal es que aparezcan en las frecuencias medias o altas.
Aunque podríamos catalogar estos sonidos en los altos o bajos, todos los sonidos tienen siempre información importante tanto en los altos como en los bajos. Ten esto en cuenta esto mientras mezclas.
Usa filtros. Ellos se encargarán de limpiar tus frecuencias con precisión quirúrgica.
Los mejores filtros para empezar a corregir con el EQ (ecualizador) son el high-pass y low-pass. Se parecen a una montaña rusa. Estos filtros ponen un límite a la señal que quieres dejar pasar, lo demás queda de lado.
Recuerda que cada pista necesita atención especial. Ya que un tom de batería necesita una ecualización completamente diferente que a la de un piano Rhodes. Escucha y aprende. Averigua qué ajustes necesitas aplicar.
Lo peor que puedes hacer es dejar de experimentar
Ahora vamos a esculpir tu mezcla.
Puede parecer similar al paso anterior. Y lo es. Aunque en este paso corriges las frecuencias teniendo en cuenta el resto de pistas. Todo empezará a coger más forma. Las piezas comenzarán a interactuar. Toma las partes que suenen bien y haz que suenen aún mejor. Puede sonar extraño pero esta etapa puede implicar también eliminar las buenas partes de una frecuencia.
Pero no te espantes. Hazlo y verás como tus pistas se llevarán mejor. Y hay algo aún más loco, es posible que en esta etapa tus pistas suenen fatal si las escuchas por separado. No te preocupes. En cuanto empieces a mezclar, todo sonará mejor. Esto se debe a que has tallado cada pista teniendo en cuenta el resto.
Imagina tu canción como una novela, todas tus pistas no pueden ser el personaje principal. Tienen que haber diferentes personajes para alimentas la historia. Al detallar la mezcla estableces un orden para estos personajes. Por ejemplo, el ecualizar detalladamente te permitirá eliminar los graves de tu piano para que no tapen el kick o el bajo. Puede que tengas dos elementos que luchan por las mismas frecuencias. Como las voces y los sintetizadores. Trata de tallar un espacio para cada uno de ellos, recortando la frecuencia de uno y agregando la misma cantidad a la frecuencia del otro.
Este es el paso final y más creativo del proceso de ecualización. Es aquí donde transformarás tu pista en lo que realmente quieres oír. Dale personalidad a tus pistas. Adórnalas bien. Siempre encontrarás un ecualizador para lo que necesitas.
Ésta es la parte en la que haces que tus voces se salgan de los monitores. O que tu bombo retumbe y tu snare explote. O que las líneas de sintetizador te rompan el corazón.
Prueba con diferentes ecualizadores. Pon 2 o 3, uno tras el otro. Algunos ecualizadores son buenos para una cosa e inútiles para otra. Así que saca lo mejor de todos y haz que actúen juntos. No hay una manera incorrecta de hacerlo. Lo peor que puedes hacer es dejar de experimentar.
Las dinámicas son el espacio entre la parte más potente de un sonido y la más tranquila. El espacio que hay entre esas partes es conocido como dinámica. Ésta definición puede ser aplicada a un sonido específico o una canción completa.
Los sonidos dinámicos tienen un amplio espacio entre lo más tranquilo y lo más estruendoso. Por ejemplo, imagina el sonido de un snare. Tiene un pico muy rápido que no dura mucho. Esto quiere decir que tiene un rango dinámico muy amplio. Compara ese sonido con la nota de un órgano.
Se mantiene en el mismo nivel desde que tocas la nota hasta que la sueltas. Eso es tener un rango dinámico pequeño.
La dinámica también existe en el global de una interpretación. Un ejemplo muy obvio es la voz baja del cantante en el verso y después más intensa en el coro. Piensa en Mariah Carey otra vez. El rango entre lo más tranquilo y lo más fuerte normalmente se encuentra en 20db, lo cual es mucho, especialmente cuando tratas de equilibrar otros elementos. Como aquella nota de órgano sin dinámica. Estos cambios de dinámica pueden hacer que sea más difícil combinarlo todo en la mezcla sin aplicar algún tipo de control sobre ellos.
Ahí es donde entra en juego el compresor.
La compresión es el proceso de dominar el rango dinámico. Esto se logra con un compresor que impone límites específicos de cómo pasa la frecuencia. Logra elevar las partes tranquilas y minimizar los sonidos fuertes, brindándote así un sonido más balanceado y constante.
Los compresores son como cuidadores encargados de tranquilizar a los ruidosos niños mientras motivan a los niños calmados a sonar más fuerte. Un compresor se determina por el parámetro de su radio (ratio). Los radios elevados afectan más al rango dinámico.
Pero ¿por qué usarlos? ¿No es la dinámica algo bueno?
Es cierto, la dinámica es buena. Pero recuerda que estás tratando de conseguir un sonido consistente para tu mezcla. Si algún elemento es muy ruidoso será exaltador y desconcertante. Por el contrario, si es muy calmado se perderá por completo en tu mezcla. Encontrar el equilibrio perfecto en tu compresión es un arte que requiere de mucho oído y práctica.
La compresión es muy similar a ajustar los niveles de audio en tu DAW. Eso es lo que el compresor hace realmente, pero de forma automatizada.
Ten mucho cuidado con no excederte. Aplicar demasiada compresión puede llevarte a una zona de peligro. Usar solo compresión para balancear tus niveles harán que tengas una mezcla sin vida, sin fuerza y fatigante. En definitiva, desagradable.
Haz uso de la compresión en conjunto con los niveles de volumen (gain) para obtener mejores resultados
El reverb (reverberación) es el reflejo del sonido. Todo sonido es, en cierto modo, una reverberación. Y lo mejor de mezclar es que TÚ controlas el reverb. Aborda el reverb con dos objetivos en mente.
Cualquier cosa suena bien con este efecto. Simplemente úsalo con sonidos agradables. Aquí es donde inyectas tu estilo en la mezcla. La reverberación artificial te permitirá crear sonidos que no se pueden encontrar en la vida real.
Los controles de reverberación pueden ser intimidantes. No te pongas nervioso. Limítate a usar las plantillas del efecto hasta encontrar lo que buscas. Ahora puedes modificarlo a tu manera. Es cuestión de gustos.
¿Recuerdas el BUS de reverb del que hablamos antes? Ecualizar atenuando algunas frecuencias altas y bajas te permitirá asegurarte de que ningún elemento de tu mezcla se ahogue. No desperdicies el sonido de las maracas sólo porque tu reverberación está saturada. Experimenta con aplicar ecualizadores antes del reverb. Esto quiere decir que ecualizarás la señal que pasará a través del efecto reverb. O podrías ecualizar después de que haya pasado por el efecto. Todo puede funcionar. Ambos métodos te darán interesantes resultados.
Seguramente no tengas una iglesia a mano, pero quieres que tu canción suene como si estuviera dentro de ella. No hay problema. Simplemente imita su sonido usando reverb.
Aprovecha el poder del reverb para crear un espacio acústico real para tu sonido. Utilízalo para darle una tercera dimensión a tu mezcla. No importa si tus sonidos están separados. Conviértete en un mago del sonido y logra que todas tus pistas suenen en el mismo espacio.
Ten en mente que es más una técnica sutil que un efecto. Es el momento perfecto para usar el toque profesional que has desarrolado desde que empezaste a leer éste artículo. Comienza utilizando el reverb “Small Room” o “Ambiance”, dos de los efectos predeterminados de tu DAW.
CONSEJO IMPORTANTE: Presta atención al equilibrio entre los reflejos tempranos y tardíos. Manipúlalas siempre. Juega con ellas para entender qué es lo mejor para tu sonido.
Recuerda que todos tus procesos deben ser ejecutados con todo el cuadro visualizado en tu mente. Ten un sentido bien determinado de hacia dónde va tu pista y haz referencias continuamente. Optimiza tu mezcla final para la etapa de masterización. La única forma de conseguir la canción perfecta mezclarla mientras tienes la canción perfecta en mente.
Aunque tu mezcla empiece a sonar bien, seguirás teniendo dudas. ¿Cómo sabes que tu mezcla está terminada? ¿Se escucha como otras buenas canciones? ¿Está todo bien alineado? Usa una referencia de mezcla. Hay algunas maneras de hacerlo:
¿Te gustan los Rolling Stones? Inserta Street Fighting Man en la primera pista de tu sesión y úsala como guía. ¿Tu bombo suena como el suyo? ¿Tu guitarra impacta como la de Keith?
Exporta tu canción y utiliza LANDR durante tu proceso de mezcla. Toma nota de lo que suena bien o mal. Regresa a tu mezcla y arréglalo.
Dicen que el último 10% del trabajo es realmente el 90% del esfuerzo. Usa LANDR para evitar este bloque creativo. La única manera de saber que has terminado es escuchar tu canción masterizada.
Todos estos procesos no estarán terminados a la primera. Vuelve hacia atrás sin dudarlo y haz ajustes una y otra vez. Todo estará en pedazos hasta que finalmente quede bien alineado. Mezclar es como enjabonar, enjuagar y volver a empezar. Así que ponte manos a la obra y trabaja hasta conseguir la mezcla perfecta.
Cuando hayas aprendido todas las “reglas” sobre mezclar, rómpelas. Bueno, tal vez no todas. Pero una buena mezcla siempre es creativa. Aprovecha todas las oportunidades que ofrece tu mezcla. No aprenderás a mezclar de la noche a la mañana con un manual. Consiste en un equilibrio de conocimiento, instinto y toma de riesgos. Es una de las etapas creativas más difíciles del proceso. No la desperdicies siguiendo una guía insípida y obsoleta que dice que sólo hay una forma de hacer las cosas. Si quieres poner un flanger en tu oboe,¡pon un flanger en tu oboe!